El amontillado es uno de los vinos más apreciados para el maridaje pues es capaz de encajar con platos tan complejos de maridar como las alcachofas o los espárragos.
Por su complejidad, el amontillado va a acompañar pescados azules y ahumados, consomés y caldos, o cocinas tan exóticas como la tailandesa o la hindú.
Los quesos curados, las setas y los arroces tipo risotto, se funden con el amontillado en un prologando abrazo gustativo.
Ahora, vamos colocando los ingredientes uno por uno en las brochetas: el tomate, un trozo de salmón, otro de aguacate, el queso y un langostino. Regamos con un poco de aceite de oliva y ¡listo!
Acompaña estas brochetas con un cuscús y tendrás unos entrantes de lo más completo.